El último informe de la Dirección General de Tráfico (DGT) pone sobre la mesa una realidad preocupante: en 2023, 1.806 personas fallecieron en España en siniestros viales, una parte significativa de ellos en pasos de peatones. Una cifra que, lejos de estabilizarse, confirma que la seguridad vial sigue siendo un desafío urgente, especialmente en entornos urbanos.
Pasos de peatones: zonas seguras que no siempre lo son
Aunque los pasos de peatones deberían ser espacios de protección para los viandantes, las estadísticas indican lo contrario. Muchos de los atropellos más graves se producen cuando los peatones cruzan correctamente por los lugares habilitados, lo que indica fallos tanto en la infraestructura como en la conciencia vial.
Burgos, en el punto de mira
Uno de los datos más llamativos del informe es la situación de Burgos, que se ha convertido en una de las ciudades con mayor número de atropellos en pasos de peatones, a pesar de haber realizado importantes inversiones en infraestructura y señalización.
Se han instalado pasos elevados, sistemas de iluminación inteligente y mejoras en el pavimento, pero los atropellos continúan. ¿Qué está fallando?
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En muchos casos, los siniestros están vinculados al exceso de velocidad en vías urbanas.
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También hay que tener en cuenta la falta de visibilidad, sobre todo en cruces mal diseñados o con coches mal estacionados.
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El uso del móvil tanto por peatones como por conductores se ha convertido en un factor de riesgo creciente.
¿Cómo mejorar la seguridad en los pasos de peatones?
Desde MisParkings.com, creemos que la movilidad urbana debe ser eficiente, pero también segura. Algunas claves que podrían marcar la diferencia:
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Mayor control del aparcamiento indebido cerca de pasos de peatones. Los coches mal estacionados reducen la visibilidad y aumentan el riesgo de atropello.
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Campañas de concienciación tanto para conductores como para peatones, especialmente en zonas escolares y residenciales.
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Sistemas tecnológicos avanzados, como sensores de presencia peatonal y semáforos inteligentes.
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Y, por supuesto, un diseño urbano que ponga a las personas en el centro, no solo al vehículo.
Conclusión
Los datos de la DGT no son solo números, son un llamado a actuar. Si queremos ciudades más seguras, debemos mirar más allá del asfalto y pensar en cómo convivimos en el espacio urbano. Cada paso cuenta, y cada cruce debería ser un lugar seguro para todos.